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  • Foto del escritorDaniel Oropeza

Abdellah Taïa: El escritor que desafió la cultura Marroquí

Actualizado: 25 nov 2022

Creo que en Marruecos se tiene miedo al amor.

Nunca se expresan directamente los sentimientos.

Sin embargo la ternura es algo omnipresente.

Proviene sobre todo de las mujeres.


Abdellah Taïa


Quien se acerca por primera vez a Abdellah, lo hace a través de sus novelas y sus películas. Musulmán, gay, escritor, cineasta y activista de derechos humanos. Todo eso es Abdellah. Recuerdo que descubrí su primera novela en una feria de libros en el centro de Caracas. Un bellísimo libro editado por Cabaret Voltaire en 2009 y que da cuenta de la infancia del autor en su Marruecos natal. Una ventana abierta con vistas a Salé, un pueblo próximo a Rabat pero también un diccionario de palabras inasibles como Baraka (aura o espíritu), que en palabras de su propia traductora quiere decir de alguien: “...cuando está “habitado”, cuando posee la fuerza, la energía. Y la transmite. Porque la baraka se siente, se toca, pero sobre todo se pasa, de uno a otro, se dá“. Son también los recuerdos que, desde París, Abdellah tiene de Marruecos y de todo aquello que lo rodeaba de niño. Una infancia pobre, donde la vida transcurría entre el hammam, los brujos y la ziara; la influencia de una tierra que dejó atrás pero que nunca dejó de marcarle. En fin, un libro de una sensualidad inesperada.




Abdellah Taia
Fotografía: Abderrahim Annag

Sus libros no sólo tratan sobre su vida como homosexual en una cultura represiva y hostil, sino también sobre las experiencias sociales de la generación de marroquíes que creció en la década de 1980 y 1990. En Marruecos, la sociedad ha normalizado histórica y culturalmente la represión sexual con tal fuerza que se ha internalizado la sumisión y el miedo, y donde de pronto se exige a las víctimas que se integren sin conflicto en el engranaje cotidiano, olvidando el pasado. Todo eso, de alguna manera, ha construido el río narrativo de Abdelá Taia sobre la cultura marroquí y la doble exclusión de ser pobre y gay. 


Creo que mi rol de escritor no debe resumirse en contar una historia bonita de un homosexual que llegó a París para emanciparse. Repetir siempre la misma historia que consiste en decir cómo Francia me salvó no tiene ningún interés. ¿Por qué complacerme en la autocensura francesa, mientras yo soy capaz de reflexionar y de llegar a hacer más complejo mi pensamiento? Para mí la escritura es un cuestionamiento de todo. No se puede quedar en las fronteras de Marruecos o de Argelia, hay que llevarla hasta el corazón de occidente, hasta París (Argelina, 2017).

Pero para Abdellah, Marruecos no es solamente el lugar donde vivió su infancia y conoció la humillación y la injusticia, es también el lugar donde se desafía así mismo y a su cultura y descubre el ímpetu y el deseo de narrar historias a partir de una verdad que él mismo llama autobiográfica. Allí donde solo había violaciones e insultos de otros hombres del barrio, Abdellah encontró un lugar donde refugiarse, donde respirar y conocerse. La atracción por la libertad y la literatura occidental no hacen olvidar al joven marroquí sus orígenes, la esencia de una cultura soterrada por décadas de colonialismo occidental.


He adquirido con el tiempo la capacidad y la necesidad de transformar una verdad muy íntima en texto literario. Esta técnica define mi escritura [...] Quizá con el tiempo adquiera el talento de desarrollar algunos detalles ficcionales (Ferrarini, 2017). 

 

Argelina, J. (2017). Abdelá Taia, Marruecos y el desarraigo. Recuperado de: http://www.izquierdadiario.es/Abdela-Taia-Marruecos-y-el-desarraigo


Ferrarini, H. (2017). Abdellah Taïa: «Le besoin de transformer une vérité très intime en texte littéraire». Recuperado de: http://africultures.com/abdellah-taia-besoin-de-transformer-verite-tres-intime-texte-litteraire/


Taïa, A. (2009). Mi Marruecos. España: Cabaret Voltaire.

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