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Foto del escritorDaniel Oropeza

Entrevista a Federico Ruiz: «Un compositor es un comunicador, y eso implica una función social»




Para comenzar, maestro ¿Qué oficio tiene componer hoy en día?


Bueno, hoy en día o en cualquier época componer es un oficio. Y es un oficio que tiene de oficio tanto como puede tenerlo cualquier otro. Cómo oficio es bastante especializado, por lo cual requiere una preparación, un entrenamiento que a mi juicio debe ser considerable. No es una cosa sencilla. Además que hoy en día hay tantas técnicas y conocimientos acumulados.


¿Cree que la figura del compositor debe tener alguna función social?


La única función del compositor es una función social, que no tiene absolutamente ninguna otra. Cualquier otra función es secundaria o es derivada de la primera. Creo que la función del compositor es inminentemente social, y lo digo con mucha frecuencia. Un compositor es un comunicador, y eso implica una función social; concretamente, el compositor es una individualidad que logra expresar lo mejor del alma colectiva de la sociedad a la cual pertenece, y eso es inminentemente social.


¿Cómo ve el panorama de la composición en Venezuela?


Bueno, yo creo que las cosas están difíciles, y no es que no lo fueron en otros tiempos. Pero yo no veo un panorama que uno pueda decir que es favorable a la composición o al espíritu de los creadores. No es que no haya estímulo, porque los grupos musicales, las orquestas con alguna frecuencia tocan obras venezolanas o hacen un concurso. Yo creo que en líneas generales es insuficiente. Creo que pudiere ser una actividad de más intensidad. Por otra parte, la noción del compositor profesional aquí, todavía no está instalada en la mentalidad de la sociedad. Yo creo que siempre habrá compositores porque el impulso creativo es una cosa avasalladora. Siempre habrá alguien que componga.


Sobre su música, maestro ¿Cuál cree que es el principal rasgo de su carácter?


Mira, no lo sé. No sé si hay un rasgo principal. Pudiera ver varios rasgos principales. Creo que soy bastante versátil y lo demuestra mi obra donde he abordado distintos géneros musicales, distintos lenguajes. Eso debe revelar una cierta inquietud interna de parte mía por, digamos, explorar ciertas cosas. Yo trato que mi música esté bien escrita. No solamente legible, sino bien armada, bien elaborada, bien concebida, muy coherente. Sobre todo, que la música diga, diga algo. Que sea capaz de comunicarle algo a aquel sector del público a la cual va dirigida. En líneas generales, creo que mi música está enfocada en esa dirección, y esos pudieren ser los rasgos principales. No sabría decirte si hay uno que sobresalga por encima de los otros. Por lo general, creo que mi música comunica y normalmente mi música tiene éxito al público a la cual va dirigida. Porque no toda va dirigida al mismo público. Hay distinta música para distintos públicos y distintas ocasiones.


¿Considera que su música está enmarcada en una tendencia o estilo?


No. No porque así como he tenido varias influencias, también he tenido especies de periodos en que trabajo mis obras en determinada estética. Por ejemplo, yo tuve un periodo que pudiera llamarse atonal, al cual pertenece Página Intima. Eso fue una época donde casi todo lo que yo escribía eran obras atonales. Ese periodo ya pasó, y no es que no pueda hacer una obra atonal ahora. En aquel momento, años 70 u 80, el interés mío, creativo, andaba por el atonalismo. Yo, como tuve la influencia, la que llaman escuela nacionalista venezolana, tengo obras que son nacionalistas. Después me hice un poco más latinoamericano, es decir, menos local. Obras como el concierto para trompeta, y muchas otras. Las últimas cosas que he hecho están un poco en esa tendencia. Entonces hay como una variedad. Inclusive en una misma época, he hecho obras con enfoques muy distintos.


¿Qué importancia tienen las formas tradicionales en sus obras?


Bueno, mucha importancia. Yo parto de las formas tradicionales. De las obras que tú estás analizando, Tres piezas para trío, son formas inminentemente tradicionales, contrapuntística. Quizá en el contenido exploro un poco la cuestión del lenguaje. La otra obra, Página Íntima, es digamos de forma libre. Para mí, para yo trabajar la forma libre, me fue de muchísima utilidad el conocimiento de las formas tradicionales porque uno se apoya en eso para explorar, para cambiar cosas, para utilizar uno que otro elemento de una para construir la forma propia que una determinada obra necesita.


Sobre Tres piezas para trío y Página Íntima ¿Han sido estrenadas? Si es así, maestro ¿Por cuáles grupos o ensambles?


Bueno, estas dos obras fueron estrenadas. Tres piezas para trío la escribí para un grupo de cámara constituido, que era el trío Gay. Ese trío se llamaba así porque el director era el maestro José Gay. Era un notable músico que tocó por muchos años en la Sinfónica de Venezuela. Era clarinetista, guitarrista, excelente arreglista, excelente músico. Además tuvimos una muy buena amistad. Yo lo conocí porque él fue jurado de varios concursos nacionales de acordeón en los que yo participé. A raíz de eso nos conectamos y con el tiempo tuvimos una excelente relación. Yo le dedique esa obra. El trío, si mi memoria no me falla, estaba constituido por José Gay en el clarinete, el maestro Lido Guarnieri en el oboe y el maestro Filiberto Núñez en el fagot. Era un grupo, lo que llamarías ahora un “trabuco”. Yo comencé hacer esa obra en el año 77, y la iba haciendo como de a poco. Tardé uno dos años, en el 79 la terminé. Creo, porque no recuerdo, que fue estrenada en el Museo de Bellas Artes. Esta obra la tocaron muchas veces después de la muerte de él.


En cambio la otra obra, Página Íntima, no recuerdo sino una sola ejecución. Hubo un festival, hace ya mucho tiempo, un festival que organizó el maestro Juan Francisco Sans donde se tocó. Pero no recuerdo otra ejecución de esta obra.


Sólo para complementar. Escribir una obra hace ya tantos años para que se haya ejecutado una sola vez, quizá dos veces, uno se pregunta, bueno ¿Cuál ha sido mi función social si escribo obras que no se tocan? Esta pregunta, que es muy mortificada, me la he hecho yo muchísimas veces. Yo sólo soy conocido por tres piezas (Los Martirios de Colón, El Santiguao, y las piezas para niños menores de 100 años). Sin embargo, tengo otras obras que están a la altura de esas, me imagino, y que son desconocidas. Y bueno, no ha sido fácil cumplir esa función social. Con los Martirios de Colón lo he logrado, con las piezas de piano y con el Santiguao hasta donde es posible. Menos mal que ha habido unas cuantas obras que han tenido éxito. Eso hace que uno respire un poquito más aliviado. No es tan sencilla la cosa. Ojalá que algo que creo que está ocurriendo, que es que los músicos jóvenes y los directores están como comenzando a interesarse por las obras nuevas, por las obras venezolanas. Bueno, por una natural inquietud, una natural curiosidad. Y ojalá que de allí pueda venir un interés que genere un movimiento en virtud del cual las obras venezolanas se toquen con más frecuencia. Creo que la mejor fuente de impulso para la música nueva, puede venir de los mismos músicos y de los músicos más jóvenes.


Para finalizar maestro ¿Tiene algún proyecto o trabajo compositivo que esté realizando actualmente?


En este momento estamos a mitad, un poquito más allá de la mitad de agosto del año 2014. Estoy trabajando en una producción de Images Class producciones que es la compañía. Con ellos estamos montando una obra de Issac Chocron, una de sus obras tempranas. Esta se ha presentado en varias oportunidades, en distintos formatos. En esta oportunidad la vamos a presentar en forma de musical. Estoy trabajando con un compositor joven, Santos Palaci y nos estamos compartiendo el trabajo de la música, que ya está bastante avanzada. Eso es para el 28 de septiembre de este año.


Hay un proyecto de hacer Los Martirios de Colón, que es la primera de mis operas. Hacerla creo que en Noviembre, en Maracay. También estoy trabajando con Román Chalbaud en la música original que se llama “La Planta Insolente” que es sobre la vida de Cipriano Castro. Yo fui productor musical de esa película, a petición de Román porque normalmente no es un trabajo que yo suelo hacer. Tengo escrita una buena parte, pero ahora estoy esperando que me llegue la versión definitiva, quiero decir, el montaje para poder hacer la versión definitiva de la música. A parte de eso me ocupo, hasta donde el tiempo me permite, de digitalizar todas mis obras que aún se encuentran en manuscrito. Ese trabajo me va a tomar varios años, posiblemente.


Con el instrumento yo después de mucho tiempo sin tocar el acordeón, por razones de nostalgia y de necesidad de tener la posibilidad de producir un sonido con respuesta inmediata, volví a ponerme en forma también como acordeonista. Eso en parte, porque uno el compositor está en el tiempo muy distante del sonido de sus propias obras. Desde el momento en que uno escribe una obra hasta el momento en que la puedes escuchar a veces pasa mucho tiempo. Normalmente la espera es muy larga.


Bueno, para el año que viene me han hablado de volver hacer Los Martirios de Colón aquí en Caracas. También tengo un musical, donde toda la música es mía. Es un musical sobre el petróleo, con texto de Franklin Tovar. Estamos esperando el mejor momento para hacerlo. Este lleva orquesta sinfónica en vivo y es mucho más compleja y costosa.


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Esta entrevista fue realizada en la residencia del compositor en Caracas, Parroquia la Pastora, el 21 de Agosto de 2014.

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